¿Qué resuelve el Coaching Transformativo?
Coaching Transformativo se refiere a un enfoque de coaching orientado a generar cambios profundos en la forma de ser, creencias y perspectivas del cliente, más allá de la simple resolución de problemas inmediatos.
El término transformational coaching no tiene un único “inventor” o punto de origen claramente definido, sino que emergió gradualmente como evolución dentro del coaching profesional.
Algunos autores sitúan sus inicios conceptuales en la década de 1980, vinculándolo a pioneros del coaching como Thomas Leonard. Leonard, considerado el “padre del coaching”, promovía un estilo de coaching holístico enfocado en el potencial completo de la persona (más allá del asesoramiento financiero en el que empezó), lo que sentó bases para métodos de cambio personal profundo en el coaching personal y de negocios.
Otros expertos sugieren que el coaching transformacional como tal no despegó sino hasta entrados los 2000, influido por la teoría del aprendizaje transformativo del educador Jack Mezirow. La teoría de Mezirow, desarrollada en los años 1990, describe cómo los adultos pueden experimentar “cambios de marco” en sus creencias básicas mediante la reflexión crítica y un aprendizaje significativo.
Esta visión encaja estrechamente con los objetivos del coaching: de hecho, la literatura indica que la teoría de transformative learning de Mezirow es la que más se aproxima a las metas y procesos del coaching transformacional.
En otras palabras, la idea de transformar la mentalidad y la “forma de ser” del coachee (cliente) se nutrió de hallazgos en educación de adultos y psicología del cambio que ganaron difusión a fines de los 90 y comienzos de los 2000.
En paralelo, en el mundo hispanohablante el concepto también fue cobrando forma a inicios de los 2000. Por ejemplo, el enfoque del coaching ontológico (desarrollado por Fernando Flores, Rafael Echeverría, Julio Olalla, entre otros) aportó una base importante.
Echeverría publicó Ontología del Lenguaje en 1994, obra que fundó el coaching ontológico y, a partir de éste, influyó directamente en el coaching transformacional. La idea ontológica de “transformar al observador” (cambiar cómo la persona interpreta su mundo) se alinea con el propósito transformacional. De hecho, en 2003 la coach Cristina Naughton introdujo en España un programa denominado Coaching Transformacional, basado en los aprendizajes que obtuvo con Julio Olalla (uno de los referentes del coaching ontológico). Este hito señala cómo la noción de coaching orientado a la transformación profunda entró tempranamente en la formación de coaches en el ámbito hispano, como una evolución natural desde las escuelas ontológicas.
El concepto de coaching transformacional surgió de la evolución del coaching integrando múltiples fuentes: no fue creado de la nada por una sola persona, sino que bebe de distintas corrientes (psicología humanista, teorías de aprendizaje, enfoques ontológicos, incluso metáforas de liderazgo transformacional). Es un término que se popularizó conforme el coaching maduró como profesión, para describir un estilo de acompañamiento más profundo (y personal) que el coaching tradicional.
Características distintivas del enfoque transformativo
Una forma de entender el coaching transformativo es contrastándolo con enfoques más transaccionales. En el coaching tradicional (a veces llamado “transaccional”), el énfasis suele estar en establecer metas concretas y lograr soluciones específicas a corto plazo. En cambio, el coaching transformativo pone el foco en los beneficios que obtiene la persona más que en el problema mismo: busca empoderar al cliente mediante un cambio tangible y sostenible en su manera de pensar, actuar y ser, lo cual a su vez le permitirá alcanzar sus objetivos de forma congruente con su crecimiento personal.
En palabras de especialistas, no se trata solo de “hacer mejor las cosas” sino de volverse una versión más consciente y desarrollada de uno mismo para conseguir las metas. Este método involucra explorar creencias, valores, suposiciones culturales y narrativas personales del coachee, ayudándole a redefinir su identidad o mentalidad para superar limitaciones autoimpuestas .
Diversas escuelas de coaching han aportado elementos al modelo transformacional. Por ejemplo, técnicas de psicología humanista y del desarrollo (Maslow, Carl Rogers, Robert Kegan, etc.), enfoques de terapia cognitivo-conductual adaptados al coaching, la Programación Neurolingüística (PNL), e incluso principios de análisis transaccional o mindfulness, han sido integrados en diferentes programas de coaching orientados a la transformación personal. Esta combinación multidisciplinaria refleja la naturaleza evolutiva del coaching transformacional: toma mejores prácticas de metodologías previas y las combina con perspectivas nuevas para lograr cambios holísticos en el cliente.
En esencia, se busca que el resultado más importante del proceso de coaching sea la evolución del cliente (su aumento de consciencia, cambio de creencias limitantes, adquisición de una nueva visión de sí mismo y de los demás), más que simplemente la consecución de una meta externa aislada.
El coaching transformativo (a diferencia del transformacional) se enfoca en los resultados efectivos del desarrollo integral, donde el cliente se transforma a sí mismo para alcanzar sus metas en tiempo récord. Es un término de uso general en la industria, asociado a altos estándares de formación y a un estilo de coaching que privilegia el crecimiento exponencial y el cambio sostenible en las personas y los negocios. Representa una filosofía y un enfoque dentro del coaching profesional, respaldado por teorías del cambio y enriquecido por la experiencia de diversos maestros del coaching, la consultoría y la asesoría de inversiones (o asesoría patrimonial) a lo largo de las últimas décadas.
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